lunes, 6 de febrero de 2012

Yo antes me columpiaba de verdad!

Tintas + color digital

Yo pertenezco a una generación condenada. Condenada por alimentarse de bollería elaborada con grasas animales y jugar en un parque que no estaba homologado e incumplía todo tipo de normativa. Si amigos, tengo suerte de sobrevivir a todo esto y mientras pueda contaré a que peligros me expuse (pa haberse  matao!)
Los columpios, que los había de distintos tipos y formas, estaban realizados mayormente en hierro, madera y otros materiales “nobles”. Normalmente las sujeciones eran clavos o tornillos que se oxidaban pronto y abrían la madera de manera que asomaban a través de ella. Esto era exponerse al peligro constantemente. Además tampoco ayudaba mucho la manera de jugar y utilizar los aparatos. Os voy a explicar cómo funcionaba según el tipo de columpio:
a)      El tobogán

El tobogán de antes se caracterizaba por poseer una escalera de acceso hacia la parte de “despegue”. Esta escalera siempre tenía que tener uno o dos peldaños rotos para aumentar la dificultad y riesgo. La zona de despegue se comunicaba con el suelo mediante una rampa metálica que en su tramo final tenía un pequeño área de encharcamiento que albergaba óxido y humedad. De este modo todo aquel que se tirara sentado acabaría con el culo marrón. De todos modos esta no era la forma correcta de lanzarse en mi época. Había que lanzarse de cabeza, de pie, cabeza invertida, varios a la vez… vamos, lo que se denomina “hacer trucos” en cualquier deporte free style.
Después de la rampa se encontraba la zona de aterrizaje que en mi época era zona de impacto. Las primeras eran de tierra y solían estar encharcadas durante días, como el área pequeña de un campo de futbol. Luego, las más modernas ya eran de gravilla por lo que te asegurabas unos rascazos y un poco de “cromer” (antes no se llamaba betadine, joder!).
                                                                                                        
b)      El columpio

El columpio no era muy distinto a los actuales salvo que no tenían respaldo, estaban sujetos con cadena oxidada o con cuerdas anudadas por niños de 6 a 13 años .
El objetivo en el columpio era balancearse sin ayuda hasta coger velocidad. En mi época si te empujaban para poder columpiarte eras un mierda. Tenías que hacerlo tú mismo e intentar darle tan duro que pudieras llegar a hacer un “tres sesenta”. Recuerdo que existía el mito de que fulanito se había columpiado  tan fuerte que llegó a dar una vuelta completa, pero yo eso nunca lo había visto.
Para bajarse del columpio había que hacerlo saltando, y cuanto más lejos mejor. De hecho en aquellos tiempos había expertos saltadores de columpio.

c)       El jodido cono que daba vueltas (fucking rotating cone)

El jodido cono que daba vueltas era increíble. Tenía capacidad para varios niños y estaba hecho a base de piezas huecas de hierro soldadas y pintadas. Era un cono grande que daba vueltas sobre si mismo. Funcionaba por tracción animal. Sí, normalmente los más animales se encargaban de empujarlo a la vez que corrían a su lado para montarse de un salto una vez que cogiera la velocidad necesaria. La clave del éxito en este artilugio era conseguir dar vueltas a mucha velocidad enganchado solamente de las manos. Ganaba el que aguantara más sin caerse o sin vomitar. Recuerdo que una vez bajabas salías dando tumbos hasta caer al suelo, te la pegabas  contra un tobogogán o te caía un saltador de columpio encima.

d)      La tirolina

La tirolinas fueron más modernas. Duraron poco porque nos tirábamos de 5 en 5 inconscientes de que el cable cedería y luego siempre que nos lanzáramos tocaríamos con el culo en el suelo.
                              
Hubo más tipos, pero yo creo que estos fueron los más importantes.

Para recuperar fuerzas en el parque si recuerdo que la alimentación era importante. Un bocadillo de madre era un aporte energético importante. Destacaban los de chorizo y tulipán, mortadela con aceitunas, queso con membrillo y, si te portabas bién, nocilla de dos colores mezclada.

En fín, niños de hoy en día: teneis suerte de vivir en un mundo más seguro, donde los columpios y todo tiene que estar homologado, sin óxidos, sin clavos, sin riesgos… Con suelos acolchados y recintos vallados, comiendo grasas vegetales, leche con calcio y yogures con vitaminas. Disfrutad vosotros, niños, que nosotros ya estamos condenados.

3 comentarios:

  1. Grande fucking rotating cone, jajajaj.

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  2. No es como el tobogán
    Esa vil metáfora de la vida y la muerte
    Ni como el subibaja, que siempre te deja a tu suerte
    Y siempre baja.
    No, no.
    Yo voy a la hamaca…

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  3. Maldito cone.... que malos recuerdos. En esos parques dejé yo un par de caninos y un premolar. Aquel premolar me gustaba, joder !!!!

    Es la ostia, sólo con leerlo me mareo...

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